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El “coche fantástico” cada vez más cerca

2016-10-05

Todo es cuestión de tiempo, pero es de esperar que en cuatro o cinco años probablemente veamos los primeros vehículos de serie completamente autónomos circulando por nuestras carreteras.

Actualmente, la empresa estadounidense Tesla es el mayor representante de esta revolución automovilística. En sólo 12 años de historia, la empresa del visionario fundador de PayPal o SpaceX, Elon Musk, ha conseguido posicionarse como el líder en el sector de los coches eléctricos con sus berlinas de siete plazas, dos maleteros y prestaciones superiores a las de muchos deportivos. Además, el último de sus modelos es capaz de conducir de forma autónoma por carretera, adelantar, frenar, corregir la dirección, esquivar obstáculos y aparcar. Cabe puntualizar que este modelo no es capaz todavía de circular por vías urbanas. El dueño de Tesla, pronostica que en 2018 tendrá listo otro modelo capaz de recorrer mil kilómetros sin parar y sin manejo humano.

El hecho de conducir sin intervención humana ya es legal en lugares como California, sede de las tecnológicas; Míchigan, cuna de la industria del motor; Nevada y Florida. En Europa, sólo el Reino Unido, España, Alemania o Francia aceptan pruebas puntuales en sus vías de coches automatizados.

Los dos grandes problemas a los que se enfrentan los fabricantes de coches autónomos son que la tecnología aún es demasiado cara y además parece inviable actualmente producir en cadena. Las marcas todavía están ancladas en el sistema de producción en serie inventada por Ford y opinan que la incursión de estos vehículos en nuestra sociedad se hará de forma muy progresiva y natural y no de un modo revolucionario. Se pasará por diferentes etapas en las que se irán disminuyendo los altísimos costes de sus funciones tan avanzadas y aumentando la validación de la seguridad de estas innovaciones.

Las marcas siguen una tabla con seis niveles del 0 al 5 según el grado de automatización, en la que el último escalón es el coche sin conductor como producto final. El nivel 5 probablemente se alcance entre el 2025 y el 2030.

En la actualidad, apenas estaríamos en el nivel 1, con ABS (antibloqueo de ruedas) y ESP (control de estabilidad) en casi todos los coches, aunque algunos pocos, de gamas altas, ya incluyan sistemas de nivel 2, 3 y 4, como asistentes para atascos, para aparcar, control de velocidad y de carril o frenada de emergencia. En todos estos casos, el conductor debe retomar los mandos en un máximo de 10 segundos. En el nivel 5, sin embargo, será posible dormir o realizar cualquier actividad mientras el coche te traslada a tu destino e incluso desplazarse sin conductor.

Este plan de la industria automovilística convencional, sin embargo, no preveía la aparición de nuevos fabricantes como Tesla ni mucho menos la “intrusión” de Apple y Google. Algo totalmente lógico si nos atenemos a que los coches del futuro serán, en realidad, robots y esto es una gran ventaja para Google o Apple, empresas con inmenso poder financiero y acceso directo a tecnologías de navegación, informática y sensorización. Ellos pueden subcontratar a otros para que les fabriquen la tecnología tradicional (carrocerías, sistemas de suspensión, neumáticos) muy extendida y barata y aprovechar sus conocimientos en materia de mapas, algoritmos y software con gran capacidad de cálculo, el verdadero núcleo de la conducción autónoma, para hacerse con el liderazgo del mercado.